Refiriéndose a la educación, el papa Francisco ha llegado a afirmar que “el mundo vive una emergencia educativa”. Frente a ello, la Iglesia en España, que ha percibido la urgencia y no se ha quedado impasible, ha querido reaccionar ofreciendo más presencia y mayor compromiso.
Estas dos palabras precisamente dan título del congreso ‘La Iglesia en la educación. Presencia y compromiso’, que la Conferencia Episcopal Española lleva meses organizando, y que se celebra en Madrid el 24 de febrero de 2024, con representantes de todos los ámbitos en los que la Iglesia está presente cuando hablamos de educación.
Una de las impulsoras de este congreso es Raquel Pérez Sanjuán, directora del Secretariado de la Comisión para la Educación y Cultura de la Conferencia Episcopal Española (CEE), y ella fue la invitada del nuevo programa ‘Viaje en globo’ en vísperas del encuentro.
Tal y como explicó Pérez Sanjuán, el congreso se plantea como un punto de partida, más que como una meta, debido al “deseo que tenemos de trabajar más conjuntamente y más en red como Iglesia en los distintos espacios donde nos encontramos los distintos agentes de la educación católica, tan plurales y diversos”.
Repensar la misión educativa de la Iglesia
“La misión educativa de la Iglesia está presente desde hace siglos”, admitió Raquel, pero identificando los cuatro factores que propician esta reflexión ahora: el llamamiento del papa Francisco a un Pacto Educativo Global, lanzado en septiembre de 2019; la instrucción ‘La identidad de la escuela católica para una cultura del diálogo’, del actual Dicasterio para la Cultura y la Educación; el informe de la UNESCO ‘Reimaginar juntos los futuros de la educación’, que marca una agenda a nivel internacional; y el Espacio Europeo de Educación 2025. “A la escucha de este momento, veíamos que era oportuno juntarnos como Iglesia y ver juntos cuáles son los desafíos que se nos presentan, también después de la pandemia”.
El empeño de la Iglesia en la educación va más allá de los colegios de ideario católico o el profesorado de Religión. “Hemos visto que hay una enorme riqueza –señala Raquel Pérez–: el profesorado cristiano en todas las etapas, las universidades y colegios mayores y residencias, la educación no formal, que incluye el voluntariado, y el vínculo entre familia-parroquia-escuela”.
Preguntada por la importancia que este congreso tendrá en ONG como Fundación PROCLADE, la directora del Secretariado de la Comisión Episcopal para la Educación y la Cultura aplaudió el trabajo que se viene haciendo desde estos ámbitos en favor de la educación para el desarrollo y la sensibilización, “el salir hacia el otro, este mundo que nos permite conocer realidades que nos son ajenas. El trabajo conjunto de las ONG con los centros educativos permite enriquecerse unos a otros.
La sinodalidad como clave
Con respecto a la misión pastoral de los centros educativos y su relación con las parroquias, Pérez Sanjuán considera que lo primero es “generar una relación básica: conocerse, saber quién es el párroco y que haya algún tipo de encuentro. Y a partir de aquí, que se generen cada vez más espacios de trabajo conjunto, aunque siendo conscientes de los límites y de que, a veces, lo urgente se come lo importante”.
El método participativo y de diálogo con el que se ha organizado este congreso tuvo su origen en el Foro del Currículo de Religión. “En aquel momento lo vimos como una apuesta muy valiente de la Conferencia Episcopal y la respuesta fue muy positiva. Y por eso ahora nos ha parecido que, si queremos escuchar la voz de todos, hay que generar el espacio para que hablen. La escucha necesita de tiempos y espacios. Y creo que responde a este momento de sinodalidad, a este caminar conjunto que es la Iglesia, donde todos somos escuchados y todos podemos aportar. Todo esto nos da un modo de trabajo que ya no se puede quedar en lo que veníamos haciendo, sino que ahora la propia Conferencia Episcopal se toma en serio todos los ámbitos educativos y tendrá que ver cómo hacer un acompañamiento y dar un impulso”.
Para aterrizar todos los desafíos generales en un espacio más local, intervino en la entrevista Imma Martínez, directora del colegio Claret Fuensanta (Valencia). Ella introdujo otros desafíos, como la interculturalidad y pluralidad que se vive en los centros educativos católicos, el cuidado de la espiritualidad o el cuidado del profesorado, “que es fundamental”, apuntó Pérez Sanjuán.
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