SITUACIÓN EN NAZÓN, BARRIO DE PUERTO PRINCIPE

  • Tiempo de lectura:5 minutos de lectura
  • Categoría de la entrada:Noticias

EN PRIMERA PERSONA: Anistus, misionero claretiano en Haití, nos relata la realidad y las situación en Nazón dos meses después de los huracanes que azotaron la isla. A pesar de la complicada realidad, jóvenes haitianos colaboran para sacar zona adelante.


REALIDAD Y SITUACIÓN DE NAZON TRAS LO HURACANES

‘Tenemos una parroquia en un barrio popular (de Puerto Principe) que se llama NAZON. Tiene una población de unas cinco mil personas pero después de los huracanes y el flujo de gente que vino del interior del país, el número ha aumentado.

Este barrio es uno de los más peligrosos del país por el alto número de jóvenes sin trabajo. Hasta que llegaron las tropas de Naciones Unidas, aquí vivían muchos jóvenes armados. En la actualidad muchos de esos jóvenes murieron, otros se fugaron y otros decidieron dejar el camino de la violencia y están en Nazón re-integrándose. A esta situación de violencia se le suma el hecho que el gobierno no existe en este barrio. Económica y socialmente la situación es muy precaria, la gente vive mendigando cada día por las calles y otros dependen de sus familiares en EEUU , Francia o bien en la Rep. Dominicana.

Al ser un lugar donde el gobierno no existe, todo el mundo hace lo que le da la gana; cada uno es jefe y al mismo tiempo pobre. El único lugar de encuentro y donde se puede organizar algunos actos socio-culturales es en nuestra iglesia, la parroquia de San Antonio María Claret. Precisamente después del paso de los huracanes la parroquia fue el lugar de apoyo y asistencia. Algunos Organismos nos apoyaron con comida y ropa que repartimos a la gente. Muchas familias que perdieron sus casas y pertenencias vienen desde distintas provincias. Llegan sin nada por ello cada miércoles abrimos la oficina parroquial para recibir y atender a los que podemos.

La mayoría están enfermos, contaminados por el agua que toman. Los caminos están “comidos” por la erosión. El huracán IKE se llevó techos de chapas de las casas, hasta ahora esa gente anda detrás del gobierno pero aún no tienen respuesta positiva. Algunos jóvenes nos han pedido ayuda para hacer una plataforma donde establecer unos tanques de agua para luego hacer la distribución de agua potable a la población. Es un proyecto que merece la pena considerar ya que la mayoría de las enfermedades vienen por el agua.

En el tema de salud, en muchas ocasiones, nosotros hacemos el papel de médicos y en otras ocasiones enviamos la gente al hospital y nos traen las prescripciones y les compramos los medicamentos.

Como se puede ver, estamos hablando de un barrio olvidado que depende de nosotros como los únicos lideres de confianza, lideres morales y espirituales. Es un barrio de misión donde habita gente de todo tipo y de todas partes del país donde la Iglesia es la única institución presente.

Por ello cualquier ayuda y apoyo que podemos tener será muy buena, pero tenemos prioridades tales como el agua, las medicinas, comida, arreglo de rutas donde hay peligro de derrumbes por la erosión producida, reparación de algunas casas fuertemente afectadas, ropas, etc.

No pretendemos hacer lo que el Estado debe hacer pero cuando el Estado no existe, hacemos lo que los misioneros pueden hacer que es ayudar en recuperar la esperanza y contribuir a que estos muchos jóvenes no sigan por el camino de la violencia.

Os felicito por el trabajo que estáis realizando allí extendiendo la mano de amistad a los hermanos débiles. Un abrazo fuerte’

Anistus Chima, CMF.