El terremoto del 12 de Enero 2010 ha marcado un antes y un después en Haití, que dejó más de 300 mil muertos y millones sin casas que hasta ahora se encontraban viviendo en tiendas de campaña montadas en las calles. El sobrepoblado barrio de Nazón, en Puerto Príncipe, donde la contraparte local tiene presencia activa, cuenta con unos 10.000 habitantes y sufrió 1000 muertos y más de 3000 heridos y pérdida total de sus casas.
Este proyecto forma parte de otro más grande que pretendía reconstruir 21 viviendas (4 financiadas por el Ayuntamiento de Gijón, 2 por Cáritas de Asturias y 15 por el Fondo de Emergencia) y restablecer a los más afectados y necesitados del barrio de Nazón/Coquillot donde tienen presencia la contraparte local, los Misioneros Claretianos de Haití, y mejorar la vida de muchas personas, entre ellas los más ancianos/as, niños/as y mujeres beneficiándose 12 familias y 70 personas directamente pero toda la población de Nazón indirectamente. Ya se construyeron inicialmente 2 viviendas con la ayuda del Ayuntamiento de Colmenar Viejo.
Con este proyecto se ofrece seguridad a muchas personas que viven con miedo a ataques, robos, violaciones, etc. al sacarles de las calles donde duermen ahora e instalarles en las nuevas viviendas construidas. Las viviendas a construir dentro de este plan integral de reconstrucción en Nazón se componen de 3 habitaciones amplias, un salón y una cocina y aseo exterior para poder acoger a familias de entre 7 y 10 miembros.
Además, vivir en casas propias ayudará a evitar y controlar la epidemia de cólera que atemorizó a la población después del terremoto. La propia comunidad vecinal local a través de la asociación MODECO/N (Movimiento para el Desarrollo de Coquillot-Nazón) está participando en la ejecución del plan integral de reconstrucción de su zona. Este proyecto contribuirá al plan integral de reconstrucción activo en el barrio de Coquillot-Nazón, Puerto Príncipe tras el terremoto de 2010 y ahora se centra en la reconstrucción de estas viviendas y la capacitación de sus vecinos en labores de albañilería, carpintería, pintura y construcción para que la propia comunidad sea la que ejecute ese plan integral de reconstrucción iniciado a principios de 2011, tras la primera fase de la emergencia con bienes de primera necesidad, ahora esta acción ha supuesto un avance importante en la reconstrucción de la zona para proporcionar vivienda digna a aquellos que perdieron todo.