La música… “La música expresa lo que no puede ser dicho y aquello sobre lo que es imposible permanecer en silencio” (Víctor Hugo)
Si nos paramos a pensar, no hay momento importante en nuestra vida donde la música no haya formado parte. Y es que la música tiene presencia en la mayoría de los hábitos de vida de las personas. La música expresa los sentimientos y emociones más profundos que sentimos, nos inspira, nos hace recordar, nos transporta a momentos y nos acerca a otras personas. Mediante la música podemos transmitir esos estados al mundo. ¿Cuántas veces hemos expresado a alguien mediante una canción nuestros sentimientos?, ¿cuántas veces hemos cerrado los ojos escuchando una melodía y nos ha llevado a un momento determinado de nuestra vida? Con la música nos comunicamos.
La palabra comunicar se define como “transmitir señales mediante un código común al emisor y al receptor” (RAE). Este código común puede ser verbal o no verbal. Y es allí, donde lo verbal está limitado y no puede llegar, que la música tiene su mayor poder. Las personas entran en contacto con el mundo a través de sus sentidos siendo el sonido la principal herramienta para transmitir y recibir información.
Según Henry Wadsworth, “La música es el lenguaje universal de la humanidad” y como lenguaje que todas las civilizaciones comparten es el mayor representante de socialización y comunicación entre culturas. La música es la expresión cultural de los valores, costumbres, percepciones y conocimientos que una sociedad posee y ha generado desde sus orígenes. Por eso hoy desde Fundación PROCLADE nos queremos unir a esta celebración donde la música es símbolo de integración y de interculturalidad.
La música es el mayor nexo de unión entre culturas porque a través de ella, las culturas se respetan, se valoran, cooperan e interaccionan mediante gestos, danzas y cantos. Y esta influencia ocurre sin ser conscientes de ello porque la música conecta directamente con las emociones y los sentimientos más profundos del ser humano, allí donde el silencio carece de expresividad y las palabras no son suficientes.
Soledad Rodríguez Borox
Técnica de Contabilidad y Administración de Fundación PROCLADE