En 2020 Fundación PROCLADE, con la financiación del Ayuntamiento de Valencia (Concejalía de Cooperación al Desarrollo y Migración) ha comenzado un proyecto de cooperación al desarrollo con las comunidades rurales de la región de Cazale, a 45 kilómetros de la capital de Haití, Puerto Príncipe, con el que se quiere impulsar la mejora de las condiciones productivas de alimentos y así fomentar la soberanía alimentaria hacia un medio de vida autosostenible para las familias beneficiarias.
De las 13 comunidades de la región que participan en este proyecto, se está trabajando con 200 familias en una estrategia de estabilización socioeconómica e igualdad de género que incluye la formación de promotores y el acompañamiento a los beneficiarios y beneficiarias en iniciativas productivas como son la apicultura, la ganadería caprina, y el cultivo de Moringa, una especie que crece fácilmente en el contexto local, altamente nutritiva y resistente.
Gracias al acuerdo de colaboración con la entidad FONA (Fondation de l’Avenir) y los Misioneros Claretianos en Haití, se ha logrado promover la implicación de entidades locales en el desarrollo de las actuaciones. La pandemia, aunque ha dificultado y ha ralentizado algunos procesos, no ha conseguido paralizar el avance del proyecto en las comunidad, ya que se ha podido continuar con la compra de materiales para la siembra, el reparto de los mismos y de las cabras y las visitas de supervisión a las parcelas por parte del técnico agrónomo, quien controla el desarrollo del programa.
Entre las últimas acciones realizadas cabe resaltar que se ha creado ya una red solidaria dentro de las comunidades gracias al proyecto. En concreto, en la comunidad de Dangoula hay familias que han formado un comité de gestión para ayudar en la multiplicación de las cabras para luego poderlas distribuir a otras familias en la misma comunidad y, en las comunidades de Pikas y Makafe, ya se ha comenzado a sembrar. Además, se está trabajando en el espacio demostrativo agroecológico en la comunidad de Pikas, el cual será un espacio comunitario de referencia.
Aún llevando solo unos meses de desarrollo, este proyecto es ya una posibilidad real para trabajar con las 1200 personas a las que va a beneficiar con un crecimiento tanto económico como personal, en estas comunidades rurales tan castigadas por la realidad que ha vivido Haití en los últimos años.