Fundación PROCLADE con el apoyo de la Agencia Asturiana de Cooperación desarrolla el proyecto “Caminando hacia un modelo de vida sostenible”, para transformar la conciencia medioambiental entre la juventud asturiana a través de actividades educativas y artísticas en centros escolares del Principado de Asturias.
La huella de carbono se ha convertido en un indicador clave para comprender el impacto ambiental que nuestras actividades diarias generan en el planeta. Medir esta huella permite conocer cuántas emisiones de dióxido de carbono (CO₂) se producen debido a actividades específicas, tales como el consumo de alimentos, el uso de transporte, los electrodomésticos, los bienes del hogar y la vivienda.
Con esta información, se puede identificar áreas de mejora y así reducir el impacto individual en el medio ambiente. En el contexto de los estudiantes, este análisis es especialmente relevante para fomentar hábitos sostenibles y responsables desde edades tempranas.
Los talleres han sido el núcleo de esta iniciativa en 13 centros educativos de Asturias con la participación de 87 personas, con un rango de edad comprendido entre los 6 y 56 años. El alumnado ha aprendido la relación directa entre sus hábitos de consumo (alimentación, vivienda, movilidad y uso de electrodomésticos) y las emisiones de CO₂, recibiendo herramientas prácticas para reducir su impacto.
Para poder medir los datos obtenidos, es importante conocer que la puntuación media de la huella de carbono de los ciudadanos de la Unión Europea es de 0,70629000. Este es el dato que nos permite realizar una comparación con la huella de los participantes de los centros escolares asturianos:
En alimentación, 54 alumnos han estado entre las puntuaciones medias, lo que significa un 62,06% de los usuarios cuidan su dieta alimenticia para reducir la huella de carbono.
En cuanto a movilidad, encontramos datos más alarmantes, ya que solo 12 alumnos se sitúan entre los valores deseando, representando tan sólo a un 13,79% de los usuarios participantes.
Lo mismo ocurre con los electrodomésticos, dónde solo encontramos 3 estudiantes, es decir, un 3,45% de la muestra con puntuaciones en la media o por debajo de ella.
En las puntuaciones de bienes del hogar, las respuestas muestran también, resultados bastante elevados, con tan solo 14 usuarios por debajo de la media de UE, lo que supone solamente un 16,09%.
En cuanto a vivienda, los resultados son más alentadores, puesto que el 100% de los alumnos/as están por debajo de la media europea en sus respuestas.
El análisis revela que la mayoría de los participantes del estudio presentan puntuaciones altas en todas o en la mayoría de las áreas. Es decir, cuentan con una Huella de carbono elevada, lo cual sugiere unos hábitos de vida y consumo que tienen un impacto ambiental negativo mayor en comparación con el promedio de la UE.
Especialmente ocurre con las áreas relacionadas a transporte y a los bienes del hogar. Estos resultados podrían deberse a varios factores, como hábitos de consumo poco sostenibles, falta de infraestructura y opciones para el uso de transporte ecológico o falta de concienciación sobre el uso eficiente de la energía.
La implementación de programas de concienciación ambiental, el fomento de prácticas sostenibles en la comunidad educativa y la promoción de una participación más representativa y comprometida pueden ser claves para mejorar los resultados a nivel de huella de carbono. Por lo que queda de manifiesta la necesidad de seguir apostando por iniciativas como la del proyecto: “Caminando hacia un modelo de vida sostenible”.
Concurso creativo a favor del consumo responsable
Formando parte también de este proyecto, se organiza un concurso creativo en el que los estudiantes expresan sus ideas sobre el consumo responsable a través de murales. En este certamen, seis murales fueron seleccionados por un jurado experto y otros seis por votación popular realizada en redes sociales de la Fundación PROCLADE, dando visibilidad al talento y compromiso de los jóvenes. Las obras ganadoras, que transmiten poderosos mensajes de sostenibilidad, serán expuestas en sus colegios y en espacios públicos de Asturias, llevando el mensaje de consumo responsable a toda la comunidad.
Esta combinación de talleres educativos y creativos no solo sensibiliza, sino que también genera una reflexión activa en los alumnos y alumnas, animándolos a convertirse en agentes de cambio en sus hogares y comunidades. Fundación PROCLADE continuará promoviendo esta iniciativa, ayudando a toda la comunidad asturiana a unirse en el camino hacia un futuro más responsable y sostenible.
