Según la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, hasta el 40% de las zonas terrestres del planeta están degradadas, lo que afecta directamente a la mitad de la población mundial. El número y la duración de los períodos de sequía han aumentado un 29% desde el año 2000 y, si no se toman medidas urgentes, las sequías podrían afectar a más de tres cuartas partes de la población mundial en 2050.

Haití es uno de los más vulnerables del mundo ante los efectos del cambio climático según el Índice de Riesgo Climático Mundial (IRC) y dónde la deforestación del 98% de su cobertura forestal original (como señalan datos recientes del Banco Mundial y de la FAO), es irreversible.

Bajo este contexto, la situación política, económica y social agrava que enfrenta el país agrava la situación. Persisten enormes desigualdades de género en las esferas pública y privada. La desigualdad de género en Haití, desde los enfoques político y social, tiene fuertes evidencias sobre todo en el ámbito rural.

En Cazale (Haití) aunque menos del 5% de las familias realizan 3 comidas al día, el 40% tiene una alimentación variada ya que muchas de ellas viven del comercio, la agricultura y la ganadería. En el último mes, el 30% de la población no ha podido comer en todo el día, lo cual le ha ocurrido entre 1 y 5 veces, mientras que al 60% de la población le ha ocurrido más de 5 veces en un mes.

Por ello, Fundación PROCLADE está desarrollando un proyecto para restaurar parte de los bosques autóctonos de la zona de Cazale en Haití y al mismo tiempo fomentar conciencia ambiental en las nuevas generaciones ya que serán los niños y niñas de Cazale, organizados como “patrullas ambientales” los que plantarán los árboles en el territorio.

Muchos bosques han sido víctimas de talas masivas para la fabricación y venta de carbón. Con este proyecto queremos revivir a los bosques haitianos impactando de forma directa no solo en el medio ambiente si no en la calidad de vida de las personas de la zona. Es importante educar a las nuevas generaciones para que tengan mejores prácticas con su entorno natural y de esta forma participen en la construcción de un futuro mejor para ellos y sus comunidades.

A su vez, se realizarán formaciones para sensibilizar y concientizar acerca de los beneficios de los árboles y el cuidado del medioambiente en sus vidas, en la agricultura y en el ecosistema local; y se impartirán talleres prácticos para que niños y niñas puedan aprendan las técnicas de plantación y cuidado de las plantas se espera que, gracias a esta experiencia directa, los menores involucrados fijarán mejor en su memoria la importancia del cuidado de su territorio.

Se entregarán 2500 árboles, teniendo en cuenta que estos sean especies autóctonas, y se estima que cada árbol tiene un impacto en la mejora de la calidad de vida de tres personas haitianas de la zona de Cazale.

Por esta razón, el Día Mundial del Medio Ambiente se centra en restaurar las tierras, detener la desertificación y fortalecer la resiliencia a la sequía bajo el lema «Nuestras tierras. Nuestro futuro. Somos la #GeneraciónRestauración». No podemos retroceder en el tiempo, pero sí podemos repoblar los bosques, revitalizar las fuentes de agua y restaurar los suelos. Somos la generación que puede hacer la paz con las tierras.

Estefania Duarte, técnica de Comunicación y Comercio justo