Hay domingos en los que madrugar cuesta menos; en los que el frío es menos frío; en los que la solidaridad tiene la última palabra. Esto es precisamente lo que vivimos el pasado domingo 28 de octubre en el Colegio Claret de Madrid.
Centenares de niños, niñas, jóvenes y adultos desafiaron al sueño y al mal tiempo y demostraron su buena forma física y su buen corazón. Así, el patio del centro educativo y sus alrededores se convirtieron, durante unas horas, en una pista de carreras improvisada y en lugares mágicos para talleres, actividades y encuentros. Todo con un objetivo común: ayudar a construir una escuela de infantil y primaria en Champ de Tirs (República Democrática del Congo)
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