CRÍTICAS DE LAS ONG AL G8

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NOTICIA TOMADA DE CANAL SOLIDARIO



Mientras los líderes del G8 (una mujer entre siete hombres) que se reúnen durante tres días en L’Aquila (Italia) posan sonrientes, relajados y elegantes e intentan transmitir confianza, más de 75.000 niños y niñas morirán a causa de enfermedades prevenibles, según denuncia la ONG Save the children.

Pero si a estos niños no les llegan las sonrisas de los líderes, tampoco su dinero. “Recortar las ayudas al desarrollo debido a la crisis mientras se conceden billones al sistema financiero para evitar la bancarrota, es como robar a los pobres para alimentar a los ricos”, asegura la Secretaria General de Cáritas Internationalis, Lesley Anne Knight.

En ese sentido, la ONG Save the Children asegura que los representantes del G8 “no están haciendo lo suficiente para salvar las vidas de los 9,2 millones de niños que pierden la vida cada año por enfermedades fácilmente remediables”. “Es vergonzoso”, añade.

El problema, según denuncia Tom Kucharz, de Ecologistas en Acción, radica en que este grupo de personas poderosas ‘no puede erradicar el hambre en el mundo, porque lo ha creado, por lo tanto lo más coherente que pueden hacer los gobiernos reunidos en L’Aquila es declarar la disolución del G8”. “Seguir con el dogma del libre mercado y profundizar la liberalización comercial, como pretende el G-8, sentenciaría a muerte a millones de personas y supone un crimen contra la humanidad’, añade.

Promesas, sólo promesas


“Si el G8 falla otra vez habrá demostrado ser irrelevante”, asegura Lesley Anne Knight. Y es que los líderes del G8 no sólo han incumplido la promesa que hicieron en Gleneagles ‘de dar 50 mil millones de dólares extra en ayuda al desarrollo para 2010’, denuncia Save the Children, sino que algunos de ellos, ‘especialmente Francia e Italia, han suspendido sus ayudas poniendo la crisis como excusa’, explica la ONG católica Cáritas.

Por ese motivo, según Julio Alonso, director de comunicación de Save the Children, los jefes de Estado reunidos en el G8, ‘este año tendrán que demostrar que están comprometidos’. Y lo harán, a su juicio, si doblan la cantidad que están destinando a parar la muerte entre niños. “El G8 y otros países ricos tan sólo están destinando 3,5 mil millones de dólares al año a parar la mortalidad infantil”, explica Alonso. Justo “la mitad de lo que se necesita para reducirla sustancialmente”, indica.