En Rusia existen muchos niños de la calle. La miseria familiar, el alcoholismo de sus padres, la perdida de la vivienda y otros factores les ha llevado a buscarse la vida para ellos y para sus madres y hermanos más pequeños. Muchos están sin escolarizar. Algunas niñas han sufrido agresiones de los compañeros sentimentales de sus madres.
La Parroquia católica de Luga desde hace varios años acoge a estos niños y les ofrece en el pequeñísimo espacio de que dispone, calor, acogida y algo de comida caliente. Ahora la parroquia ha recibido una antigua casa pequeña para que sirva de punto de encuentro y trabajo con los niños de la calle. A nosotros nos toca ahora restaurarla totalmente y equiparla con lo más imprescindible.
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