El último programa de Viaje en Globo de la temporada 2023-2024 ha abordado un tema muy complejo pero siempre de actualidad, como es el de la realidad de mujeres víctimas de trata con fines de explotación sexual.

La entrevistada ha sido Beatriz García de la Torre, coordinadora de la Fundación Serra-Schönthal. Se trata de una organización creada por las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor que tiene como misión el compromiso con las mujeres en situación de vulnerabilidad, de manera específica en los contextos de prostitución y trata de personas con fines de explotación sexual.

La Fundación apoya los proyectos de las Oblatas con víctimas de trata con fines de explotación sexual en 16 países, a través de tres actividades fundamentales: comunicación y sensibilización, búsqueda de financiación para la gestión de los proyectos, e investigación.

“Un delito y una lacra de nuestro tiempo”

En la primera parte de la entrevista, García de la Torre explicó de forma técnica la complejidad del mundo de la trata de personas, “un delito y una lacra de nuestro tiempo que viola los derechos fundamentales de las personas, especialmente de las mujeres”, aseguró, que engloba distintos medios y fines y que está compuesto de varias fases.

“Para que exista la trata tiene que haber un fin de explotación en el país de destino, ya sea explotación sexual, delictiva, laboral o de otro tipo –aclaró la experta–. En el caso de la trata con fines de explotación sexual, es un negocio que mueve 32.000 millones de dólares al año, uno de los mayores delitos después del negocio ilícito de armas y del tráfico de drogas, y en muchos lugares se entremezclan”.

Las causas estructurales

Para desarrollar políticas de prevención, hay que conocer las causas estructurales, y entre estas están, asegura la experta, “el capitalismo, claramente, es decir, la compra-venta de cuerpos; la desigualdad de género y la feminización de la pobreza, y la falta de políticas migratorias y de vías legales para cruzar países”.

Y explica: “Debemos saber cómo migran las personas y por qué. No existe un único perfil de víctimas de trata: hay mujeres que vienen de diferentes países por distintos motivos, hay mujeres que han sido captadas a la fuerza, y hay mujeres que se han integrado en redes de trata porque necesitaban salir de su país, sabiendo que iban a ejercer la prostitución, pero no en qué condiciones”.

Atajar este delito pasa, ineludiblemente, por “la cooperación internacional, la incidencia política y la investigación. Y también es muy importante sensibilizar sobre este delito a la sociedad y a las instituciones, autoridades estatales, sindicatos, ayuntamientos, etc.”.

“Siento frustración y rabia”

La segunda parte de la entrevista tocó aspectos más personales. La coordinadora de la Fundación Serra-Schönthal habló de un acompañamiento que ella hizo a dos víctimas de trata en su proceso jurídico, “y ahí te das cuenta de muchas cosas”.

“Una de las sensaciones que tienes es la frustración. Primero, que falten servicios públicos para la víctimas; después, que sigan en una situación económica nada satisfactoria después de haber denunciado… Como mujer, lo que más rabia me da es que ellas sienten vergüenza y culpabilidad por lo que han sufrido, que es una explotación por parte de terceras personas debido a la vulnerabilidad que tenían en su país. Ellas sienten culpa y vergüenza, y yo frustración y rabia”.

“¿Qué pasa con estas mujeres después de ser identificadas como víctimas de trata? –continúa–. No nos podemos quedar en la prevención, en la persecución del delito y en el punitivismo. Después de eso tiene que venir otro tipo de políticas de integración en el país de destino, o facilitar el retorno al país de origen, pero solo si la víctima lo quiere, no forzado”.

“Creo que tenemos una responsabilidad como sociedad y a nivel individual. Le pido a la gente que hagamos un ejercicio de informarnos bien sobre las causas de este problema, que no son solo las políticas migratorias, como dicen algunos discursos políticos”.