Este pasado enero, el equipo directivo de nuestra Fundación tuvimos el privilegio de viajar a Burkina Faso y a Costa de Marfil, con el fin de dar seguimiento a los procesos que se están llevando a cabo con nuestro apoyo en ambos países, y por supuesto, aprovechar ese tiempo para trabajar con los equipos locales en el establecimiento de nuevas metas y retos a medio y largo plazo siempre pensando en las personas más vulnerables y la mejora en sus condiciones de vida.

Nuestro trabajo en estos dos países tiene varias cosas en común, acompañamos a las Misiones Claretianas en estos lugares y su cercano trabajo a la gente, apostamos por el desarrollo femenino, la formación profesional y la generación y establecimiento de procesos productivos agrícolas, liderados por mujeres, que les permitan mejorar las condiciones de vida de ellas y de sus familias.

Queremos en este artículo hablaros de Burkina Faso, en dónde hemos podido visitar el Área de Acción Territorial de Koudougou, y conocer los proyectos agrícolas que desde hace casi tres años están en marcha. 

Estos procesos han ayudado a decenas de personas a mejorar sus huertos familiares, se les ha dotado de semillas, animales de granja, etc. Y para aquellas personas que no disponían de tierra cultivable pueden cultivar conjuntamente en los terrenos formativos del proyecto. Lo producido sirve para alimentar a sus familias y los pequeños excedentes empiezan a venderlos, generando así unos pequeños ingresos. Además, en los terrenos comunes se han construido varios pozos de agua y se han instalado sistemas de riego que permiten un flujo constante de agua, algo clave, en un lugar donde las precipitaciones son escasas y se concentran en momentos determinados del año.

Además, durante este tiempo hemos trabajado en formar en la cría de animales y el establecimiento de recintos, granjas y cercados, que permiten que los animales vivan en unas condiciones adecuadas durante su cría y, sobre todo, de que se alimenten adecuadamente. Antes del proyecto, los pocos animales que tenían estaban sueltos por cualquier lugar, y animales como cerdos o cabras, se alimentaban de cualquier cosa que encontraban, como bolsas, restos de envases, etc… Los cercados y la generación de lugares de cría han reducido la salud de animales y personas.

Durante este viaje hemos tenido espacios de encuentro con la comunidad local que nos han permitido establecer los próximos pasos en el territorio:

• En primer lugar, abrir una línea de ayuda humanitaria y ayudas de emergencia. Koudougou, acoge actualmente a más de 85.000 personas desplazadas, internas y refugiadas, a causa de los conflictos en otros lugares del país, por lo que asistir a esta población es esencial para PROCLADE.
• Por otro lado, se han establecido algunos objetivos a corto y medio plazo, como el apoyo a instituciones sanitarias, creación de comités de salud comunitarios, construcción de letrinas en escuelas, mercados y casas, construcción de pozos, seguir acompañando los procesos agrícolas y formativos puestos en marcha, entre otros. 
• Y también, hemos hablado de otros procesos con los que soñamos, como la construcción de una escuela, un hospital móvil, y la mejora de otras instalaciones. 

Tenemos muchas acciones que llevar a cabo, y por eso, este año, abriremos en el territorio un programa de Apadrinamiento, para que las personas que lo deseen puedan así apoyar todos estos procesos que están ayudando a tantas y tantas personas.

Para los que acompañamos y trabajamos en PROCLADE es una alegría vivenciar que todo el esfuerzo realizado por parte de nuestros técnicos, de los Claretianos, de las personas beneficiarias, de donantes públicos y privados y de personas particulares que mes a mes o puntualmente hacen una donación, cobra vida y se convierte en esperanza y mejoras en la vida de las personas más olvidadas de nuestro mundo. A ti, que nos has acompañado también en este viaje con tu apoyo, GRACIAS por hacerlo posible.

Francisco Carril, director de Fundación PROCLADE