En Nicaragua sigue siendo una práctica habitual que los niños dejen pronto sus estudios para ayudar a sus familias, sobre todo, para asegurar la producción agrícola de autoconsumo que es su fuente de subsistencia. Es por ello, que vemos que, muchas veces, las cifras de absentismo, de bajos niveles académicos, o finalmente de abandono escolar, siguen siendo elevadas en muchos puntos de este país centroamericano.  En concreto, en el municipio de Pueblo Nuevo, una de las zonas rurales más empobrecidas de Nicaragua, la cantidad de niños y niñas menores de 14 años que trabajan es especialmente elevando, siendo de un 13% en el área rural y de un 7% en el área urbana.

Con el objetivo de revertir esta situación y buscando mejorar las perspectivas de futuro de los habitantes de esta área, Fundación PROCLADE, con el apoyo del Gobierno de Cantabria,  está comenzando a desarrollar allí un proyecto para facilitar el acceso a una enseñanza básica integral (de pre-escolar a secundaria), de calidad y equitativa. Para lograrlo, el proyecto que se ha comenzado a desarrollar en esta zona, se centra en la ampliación y equipamiento del colegio San Pablo Apóstol, con cuyas mejoras se logrará mejorar la formación integral de los niños y niñas de la zona.

Además, junto con la construcción de tres amplias aulas para pre-escolar, primaria y secundaria y de contratar personal docente cualificado, el proyecto también proporcionará instalaciones sanitarias, agua potable, materiales de enseñanza, equipos completos y tecnología para las aulas, una biblioteca completa, una cancha deportiva y una zona de ordenadores.

A través de este proyecto, por tanto, se proporcionará una educación inclusiva y completa en que dará respuesta a las necesidades y al entorno. De hecho gracias al proyecto se calcula que se podrá beneficiar de forma directa a los 376 alumnos y alumnas del colegio y a sus 20 docentes, pero también se verán impactaos los 23.725 habitantes del municipio.

Este proyecto se enmarca, además, en  un enfoque “Basado en Derechos Humanos” que recoge el Derecho Humano a la Educación como un derecho básico para garantizar las condiciones de vida dignas a las personas beneficiarias mediante la puesta en marcha, como es el caso, de una infraestructura física y social que asegure la cobertura educativa total por etapas, de forma progresiva.

Si quieres ayudar a que desde Fundación PROCLADE sigamos haciendo posibles proyectos como éste, puedes colaborar a través de este formulario (haz click aquí) o puedes apadrinar a un niño o una persona mayor a través de este otro formulario (haz clic aquí).