Por la tarde, la Plaza del Pilar se llenó de juegos solidarios, productos de Comercio Justo, teatro y cuentacuentos. Todo con el objetivo de sensibilizar sobre la importancia de poner a las personas en el centro del proceso de desarrollo. Así, mientras los adultos disfrutaban de una degustación de productos de Comercio Justo, los más pequeños jugaron a la Oca Solidaria, hicieron antifaces con material reciclado y participaron en una obra de teatro construida sobre los valores de justicia y solidaridad.
Por la mañana, el centro Jaime Roncal fue escenario de una mesa redonda en la que el Departamento de Estudios e Incidencia Social de las tres organizaciones presentó el documento #ConsumoJusto, sobre el que basamos nuestra estrategia de incidencia social y de educación para el desarrollo durante los próximos años. Durante la exposición, la técnica del departamento, Noemí García, hizo un repaso por las razones por las que consideramos necesario ejercer un consumo justo y responsable.
El director de ECODES (Fundación Ecología y Desarrollo), Víctor Viñuales, nos animó también a apostar por otro modelo de desarrollo para lo que, aseguró, necesitamos una revolución y no una evolución. A nivel educativo, invitó a educar más con el ejemplo y a romper con el dicho ‘Ojos que no ven, corazón que no sienten’. Pero Viñuales también lanzó un mensaje directo a las empresas: “debe producirse una revolución en el ADN de la empresa. No sólo están para ganar dinero sino que tienen que tener en cuenta todo lo que les rodea”. En tercer lugar participó Roberto Munilla, de FeedingZgz, quien recordó la importancia de no desechar la comida sólo por su apariencia externa o porque no cumple los cánones impuestos por la sociedad.