Para ello, se habló sobre los proyectos más recientes en los que se ha participado, como Haití, Filipinas e India, lugares en los que las catástrofes naturales han causado estragos y donde se trabaja muy intensamente para ir reconstruyendo casas, colegios, hospitales, y proporcionando a la gente medios para vivir de la forma más digna posible. Además, para acercarles todavía más la realidad de los países empobrecidos, se les enseñó un breve vídeo con fotografías de la experiencia de verano en Honduras, algo que interesó mucho a los participantes.
“Creemos que estas charlas son fundamentales para poder regar la semilla del futuro. Y para nosotros es maravilloso podemos compartir y transmitir nuestra experiencia y servir de ejemplo y empuje para los jóvenes”, concluyeron, tras la experiencia, los voluntarios que participaron. ¿Qué más se puede pedir?