Desde Fundación PROCLADE nos unimos al lema de Naciones Unidas “Las cooperativas construyen un futuro mejor para todas las personas” para celebrar el Día Internacional de las Cooperativas.
Sostenibilidad, inclusión, democracia y equidad son algunos de los valores que comparten las cooperativas. A través de la gobernanza democrática y la propiedad compartida, las cooperativas constituyen un ejemplo de paz y estabilidad, ya que reúnen a personas de distintos orígenes en igualdad de condiciones y fomentan la comunicación y el respeto.
Son valores que se concretan en prácticas determinadas y que suponen una gran diferencia respecto a gran parte del comercio convencional, en la manera de trabajar y en la consideración de los trabajadores y trabajadoras. Son todos ellos valores compartidos por el movimiento cooperativo y de Comercio Justo.
El modelo de afiliación abierta de las cooperativas permite el acceso a la creación de riqueza y la eliminación de la pobreza. Esto resulta del principio cooperativo de la participación económica de los miembros: «Los miembros contribuyen equitativamente y controlan democráticamente el capital de su cooperativa». Debido a que las cooperativas están centradas en las personas, no en el capital, no perpetúan ni aceleran la concentración de capital y distribuyen la riqueza de una manera más justa.
Las cooperativas fomentan la igualdad externa, focalizando sus esfuerzos en el desarrollo sostenible, ambiental, social y económico de las comunidades. Un modelo que permite el acceso a la creación de riqueza y erradicación de la pobreza. Esto resulta del principio cooperativo de la participación económica de los miembros, debido a que las cooperativas están centradas en las personas, no en el capital, no perpetúan ni aceleran la concentración de capital y distribuyen la riqueza de una manera más justa.
Desde PROCLADE impulsamos el Comercio justo que contribuye a un desarrollo sostenible ofreciendo mejores condiciones comerciales y asegurando los derechos de productores y trabajadores marginados, especialmente en el Sur. Las organizaciones de Comercio Justo, junto con los consumidores, están implicadas activamente en apoyar a los productores, sensibilizar y desarrollar campañas para conseguir cambios en las reglas y prácticas del comercio internacional convencional.
