Como cada 1 de marzo se celebra el Día de la Cero Discriminación, con el objetivo de promover la igualdad, la inclusión y la no discriminación en todo el mundo. Fue establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2013, buscando generar conciencia sobre los prejuicios y la discriminación que enfrentan muchas personas debido a su origen étnico, género, orientación sexual, edad, discapacidad, religión u otras características. También, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas nos recuerda que la discriminación puede tomar muchas formas, desde la exclusión social hasta la violencia y el odio, y puede tener graves consecuencias para la salud mental y física de las personas.
Este día nos recuerda que la discriminación no es solo un problema del pasado, sino que sigue siendo una realidad. En algunos países, la discriminación está codificada en leyes que niegan a ciertas personas derechos básicos y libertades. En otros lugares, la discriminación puede ser menos evidente, pero aun así tener un impacto perjudicial en las personas y comunidades.
Debemos normalizar la diversidad y no hacer uso de ella para legitimar la discriminación. Para lograr este cambio de pensamiento se presenta necesario tomar medidas concretas; donde podemos incluir la promoción de políticas y leyes que protejan los derechos de las personas y fomenten la igualdad, así como la educación y la sensibilización sobre la discriminación y la importancia de la inclusión, pero también lo es reflexionar sobre nuestras propias actitudes y comportamientos, para llegar a ser conscientes de nuestra propia influencia en la discriminación. Para ello se necesita examinar y cuestionar, para asegurarnos de que no la estamos perpetuando.
La discriminación también puede tener un impacto desproporcionado en ciertos grupos. Por ejemplo, las personas LGBTI+, las personas con discapacidad física, intelectual o sensorial y las personas migrantes, que a menudo son objeto de prejuicios y estereotipos negativos, se enfrentan a barreras limitantes en su acceso y trato digno en la atención sanitaria, la educación, la vivienda, servicios financieros, viéndose envueltas en innumerables ocasiones en explotación laboral o violencia.
En Fundación PROCLADE somos conscientes que la lucha contra la discriminación es una tarea constante. Concretamente desde el Área de Acción Social en Valencia, Puertollano y Madrid acompañamos a las personas en espacios individuales, grupales y comunitarios. Creemos en el valor único de cada persona y por ello intentamos curar una de las mayores heridas abiertas en el corazón de nuestra sociedad, que como ya dijo Nelson Mandela, es la discriminación.
Lola Bernal Cava Técnica de Acción Social y Voluntariado
